Entrenadores

Tiene 29 años, pero ya tiene una trayectoria importante en el mundo de los banquillos. Tras pasar por las canteras del Rayo Vallecano y del Real Madrid, lleva 2 años entrenando en la tercera división, donde ya se ha ganado el respeto de sus colegas.

Hablamos de Sergio Piña, actual entrenador de Colmenar Viejo, el técnico más joven de la categoría. Sergio ha tenido claro desde muy joven a qué quería dedicarse y, de momento, gracias, a su buen hacer, va por buen camino.

Hablamos con Sergio, un técnico joven, sobradamente preparado y con un futuro prometedor por delante.

29 años, y ya eres todo un experto en el mundo de los banquillos. ¿ Cómo empezó tu afición a querer ser entrenador?

Pues cuando jugaba en el Santa Ana. Para mi fue clave la figura Antonio Mezquita, mi mentor, tuve la enorme suerte de conocer y poder trabajar con él. Desde mi opinión se trata de las personas más importantes del mundo del fútbol de nuestro país. Además, tuve la oportunidad de coincidir con Vicente del Bosque cuando trabajaba en la cantera del Madrid y me picó el gusanillo por entrenar y por dedicarme a todo esto. Tendría 16 ó 17 años.

Te fogueaste en las canteras del Rayo Vallecano y del Real Madrid...

Me saqué la titulación para poder entrenar con la edad mínima exigible, 18 años, y el Rayo Vallecano apostó para que entrenara al Benjamin. En Vallecas estuve 3 años. Estaré siempre agradecido por esa oportunidad que me dieron. Y luego en la cantera del Real Madrid donde estuve 8 años, donde igualmente aprendí mucho.

¿Qué es lo más importante que aprendiste de trabajar con niños?

Sobre todo que al trabajar con niños de distintas edades, cada situación es diferente. Eso te obliga a tener que adaptarte y a ser capaz de cambiar en función de cada caso. Además, tienes que saber transmitir la información de forma muy clara.

¿Por qué decidiste dejar el club blanco?

Fueron causas obligadas. Estuve como primer entrenador de categorías inferiores desde 2004 al 2009. En la segunda época del mandato de Florentino, se hizo una restructuración y una serie de entrenadores dejamos de entrar en sus planes. Así que nada tuve que salir y buscarme la vida.

¿Cómo surge la oportunidad del Colmenar?  

Pues fue en el año 2009, pocos meses después de salir del Real Madrid, en el mes de Noviembre. En esa época no tenían entrenador porque estaban con problemas con el anterior técnico. Así que nada me llamaron  y me dieron la oportunidad de dirigir a un equipo de tercera división.

¿Cómo fue la primera toma de contacto con un equipo ya más profesional? 

Pues fue muy buena porque tuve la suerte de que era un grupo muy joven, todos más o menos todos de la misma edad que yo. Es decir, que compartíamos en ese momento las mismas inquietudes, las mismas preocupaciones, lo que facilitó y mucho la adaptación al equipo.

¿Qué cualidades debe de tener a tu juicio un buen entrenador?

Pues sobre todo en la tercera división saber adaptarse a plantilla que a uno se le da. Saber leer e interpretar las circunstancias que surgen, no solamente en el partido, si no también durante la semana. En estas categorías cuenta y mucho los ciclos de tarjetas, las lesiones... En definitiva, son clubes humildes en donde se trabaja mucho.

¿Cómo se gana uno el respeto en el vestuario? 

Tú mismo lo has dicho, el respeto no se impone, se gana. Tienes que ponerte siempre en la piel del futbolista, y que sepa que le entiendes. Es un error si no te pones en el lugar del jugador. Los entrenadores somos injustos por naturaleza, si no te pones en su piel, seguramente no conseguirás ser respetado, ni aceptado, ni podrás trasmitir un código normal y natural de conducta.

 

 

 

 

¿Quién es tu modelo a seguir, el entrenador que más admiras?

Rafa Benítez, por ser español, porque tiene las ideas muy claras, por su trayectoria, por sus títulos, porque trabaja mucho la táctica. Por su puesto, que Guardiola también es un modelo a seguir.

¿Y de tercera división, con qué técnico te quedas?

Cualquier entrenador merece todos mis respetos. Pero destaco el trabajo de Julián Calero, que está luchando por meter al equipo en los play off, Antolín Gonzalo por la temporada que está realizando, Manolo Díaz, Juanvi Peinado.... Todos ellos tocan aspectos tácticos, físicos, trabajan con imágenes y tienen técnicas de manejo de grupo que hacen que sean diferentes al resto.

¿Qué tanto por ciento de culpa del éxito o del fracaso tiene un entrenador?

Un entrenador es tan bueno como buenos jugadores tenga. La labor de los entrenadores es indiscutiblemente importante, pero mucho más importante es la calidad que aporten los jugadores. Hablaríamos de un 60/40 o 65/35 en favor de los jugadores.

¿Cómo se puede mantener el buen rollo en un vestuario cuando siempre hay jugadores que no cuentan tanto?

Es la pregunta del millón. Nunca llueve a gusto de todos, no todo el mundo puede jugar. Está claro que es mucho más fácil cuando la dinámica es positiva, porque ahí la gente está con ganas de aportar, de sumar. Sin embargo, cuando las cosas no marchan bien, pues, lógicamente, es mucho más dificil. La cuestión es  saber manejarlo lo mejor posible, intentando dar el máximo de minutos posibles a todos, pero no es fácil.

 

 

Se suele decir que el futbolista, sea de la categoría que sea, suele ser egoista, egocentrico, que piensa mucho en sí mismo. ¿Qué opinas al respecto?

 

 

El jugador de fútbol es un deportista peculiar. A pesar de que es un deporte en equipo, muchas veces es normal que tiendan a pensar más en su beneficio personal que en el del propio colectivo. Es aquí donde el entrenador tiene que hacer entender al jugador que el éxito depende del grupo y que ese deseo de beneficio individual tiene que hacerse extensible al grupo.

 

 

¿Se puede llegar a ser amigo de un futbolista o siempre hay que guardar las distancias?

 

 

Hay que guardar las distancias. Hay que comprender y diferenciar el rol de jugador y el rol del entrenador. La afinidad termina a la hora de hacer una alineación o cuando empieza el partido y se está jugando.

¿Qué no le perdonas a un jugador?

La falta de respeto a un compañero, a él mismo o al cuerpo técnico.

¿Has tenido alguna vez la sensación de que no estabas sabiendo leer el partido y estabas bloqueado?

 

 

Muchas veces, incluso cuando terminas ganando. Cuando se pierde, pues no queda otra que asumir mi responsabilidad. Lo bueno que tiene trabajar en la tercera madrileña es que existe mucha igualdad, los resultados son muy justos y eso te exige estar muy concentrado y dar lo máximo y mejor de ti.

 

 

¿Los entrenamientos de la semana son siempre iguales o condicionados por el rival?

 

 

Depende del cada rival, de cada situación, del tipo de campo donde vayas a jugar. Intentas trabajar durante la semana para estar preparado y afrontar con éxito  las distintas circunstancias que puedas encontrarte el día del partido.

El otro día escuché al técnico del Depor, José Luis Oltra, que el verdadero trabajo del técnico es durante la semana.. ¿Qué opinas?

El partido es el resultado del trabajo semanal. Si trabajas bien, si tienes buenas sensaciones durante la semana, tendrás más posibilidades de que salgan bien las cosas. Pero luego se pueden dar circunstancias que hacen que, a pesar de todo lo anteriormente dicho, puedas perder el choque. Pero también al revés, una semana sin buenas sensaciones, llegas y ganas el encuentro.

Para un entrenador es clave estar al día y formarse, ¿Cuánto tiempo dedicas a aumentar nuevos conocimientos?

Todo lo que puedo. Asisto a Congresos formativos, a charlas, intento conocer siempre los nuevos sistemas de entrenamiento, las nuevas aplicaciones informáticas... Es necesario por tanto, estar a la última y formarse todo lo que puedas.

¿Se puede vivir hoy en día solamente entrenando a un equipo de tercera división?

Yo personalmente lo complemento con otro trabajo. Estoy en un club modesto, humilde, como la mayoría de tercera, pero eso sí, aquí se paga al día y no tenemos ningún retraso. Y eso es muy admirable.

Si te dieran a elegir 3 jugadores de tercera para reforzar  a tu equipo, a quién elegirías?

Para mí cuento con los mejores jugadores de la categoría.

¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de todos estos años?

Fue una final en Estepona con el alevín A del Real Madrid. Perdimos la final contra el Sevilla, pero fue un torneo que me dejó marcado. Ver la intensidad, la emoción, el juego de esos niños de 11 años... Ganamos la semifinal tras 16 penalties y perdimos la final por una pena máxima. Vivimos la cara y la cruz, lo bonito y lo duro del deporte.

Tu sueño en el mundo del fútbol...

Poder dedicarme a ello de un modo profesional. Poder vivir de mi trabajo de entrenador...