Seguimos conociendo a más protagonistas del fútbol modesto madrileño. Hoy nos detenemos en la labor de los utilleros y hablamos con Rafael Delgado, encargado de material del Trival Valderas.
Se trata de un trabajo anónimo y una labor que no siempre está lo suficientemente reconocida por parte de los aficionados. Son los primeros que llegan y los últimos que se van en un vestuario y su trabajo es imprescindible para que esté todo a punto cuando el colegiado pita el comienzo del choque.
Un utillero es el mejor confidente de un jugador y quien mejor conoce sus manías y supersticiones.
¿Cómo
terminaste ejerciendo esta profesión?
Pues mira yo siempre he
jugado al fútbol y conocí a Marcos Jiménez, que es el entrenador del equipo,
porque jugábamos en el mismo equipo de fútbol 7. Como teníamos buena relación
un día me dijo, tú te tienes que venir al Trival, algo te buscaremos... Y me
incorporé al cuerpo técnico del Trival. Primero empecé como ojeador de los
partidos que jugábamos fuera y me fui metiendo poco a poco como encargado de
material, utillero. Aunque hago un poco de todo, soy el encargado del
material. También hago funciones de delegado de campo cuando jugamos en casa.
¿Cuáles
son las principales funciones de un utillero en un equipo modesto?
Pues hacer virguerías con el
poquito presupuesto que tenemos los equipos de tercera. Pues mira mantener la
equipación lo mejor posible. Tratar de que las camisetas, los pantalones y
los calcetines estén preparados todos los días de entrenamiento. Además, también, me encargo de dar
orden al departamento de lavandería para que esa ropa esté lista a la hora que empieza el entrenamiento. Es
importante estar pendiente e intentar que haya material para todos, porque ése es uno de
los problemas que tenemos como consecuencia de los bajos
presupuestos. Sólamente disponemos de una equipación de entrenamiento que tenemos
que lavar todos los días. Una vez limpia, coloco la ropa dentro de los
armarios que hay dentro de los vestuarios para que los jugadores lo tengan más
fácil.
Y,¿cuando acaba el entrenamiento?
Pues recoger toda la ropa
que se ha usado, recogerla e intentar que esté lista para el día
siguiente. En el Trival les lavamos la ropa todos los días. Ellos la depositan
en unas cestas y las llevamos al servicio de lavandería para que el siguiente
día esté preparada.
¿Cuáles son tus labores el día del partido?
Somos los primeros que
llegamos y los últimos que nos vamos. Tengo que recoger el material, recontar
que no se quede nada en el vestuario y siempre salimos una hora u hora y
media después de terminar el partido.
El día del partido me
encargo de que esté preparada la primera equipación o la segunda, depende del color con que
juguemos con las medias con los pantalones. Además, tengo que preparar las bolsas cuando nos
desplazamos.
Cuando
se tiene tan pocos recursos hay que cuidar bien el material…
En el caso del Trival, inclusive, me he llevado medias a mi casa para coser los agujeros
porque no disponemos de suficiente cantidad como para tirar las medias. Se
estira lo máximo posible. Las camisetas tienen que servir de un año para otro.
Usamos las mismas porque estamos en crisis y más en la tercera donde los
patrocinadores andan justos. Hay que cuidar mucho la ropa, hay que hacer
virguerías para que todos los domingos haya 18 ó 19 pares de medias,
pantalones, camisetas y que no les falte nada.
En
un club modesto eso de regalar las camisetas es un lujo imposible…
Cuando jugamos el ascenso de
play off a segunda b en Yecla, con la emoción del partido, aunque
perdimos, algún jugador tiró la camiseta al público, los pantalones...Y al año siguiente nos costó Dios y ayuda para conseguir la equipación otra
vez. Por tanto, ni se regalan, ni se intercambian camisetas.
Nada más terminar cada
partido se revisa que no falte una media porque no tenemos para poder
restaurarlas. Por ejemplo, en las segundas partes, los jugadores tienen que salir con las
camisetas embarrradas porque no hay para más.
¿Qué
virtudes hace falta para ser un buen utillero?
Ante todo ganarse la
confianza al cien por cien de todo el vestuario. Y luego ser una persona que te
guste mucho el fútbol. Además, aceptar que estás en un segundo plano. Aunque que eso sí, sé perfectamente
que es una labor muy reconocida por los jugadores. Y luego, pues eso, ser
ordenado y tener todo preparado para que no les falte de nada a los jugadores.
Es un trabajo un trabajo muy oscuro, pero fundamental. Hay que estar muy encima y
muy pendiente de los jugadores.
¿Cómo
se lleva eso de realizar el trabajo oscuro, poco agradecido y ser, sin embargo,
una labor imprescindible?
Yo, genial porque me gusta el
fútbol. He vivido el fútbol y sé de la importancia que tiene nuestra labor. Lo
llevo con mucho orgullo porque sé que tanto Marcos, como el cuerpo técnico y los
jugadores valoran este trabajo. Lo que pasa que la gente o la prensa nunca se
acuerdan de los que estamos detrás. Pero somos una gente muy importante dentro
del vestuario.
Y
que para lo bueno y lo malo sois uno más…
Somos uno más tanto en las
alegrías, como en los fracasos. Lo celebramos cuando vienen bien dadas y
lloramos con las derrotas.
¿Qué
es lo más gratificante de su profesión?
Que cuando comienza el
partido a ningún jugador les falte de nada, que
todos estén satisfechos con la labor que hayamos hecho. Porque aunque
haya gente que no le de importancia, es fundamental que no haya fallos cuando
juegas, por ejemplo, a 40 kilómetros de la Canaleja. Y cuando termina el
encuentro recoger y que esté todo en orden para el día siguiente.
¿Cobra
por realizar esta labor?
A mi me cuesta dinero ser
utillero del Trival porque utilizo mi coche y me pago yo mismo la gasolina a la
hora de recoger la ropa. Eso sí, la directiva siempre tiene un detalle conmigo,
pero no está valorado porque no se puede valorar. Pero tengo claro y siempre lo
he dicho que en el Trival todos los que estamos, estamos para
aportar y no para sacar.
Pues a los compañeros de
trabajo alguna mentirijilla les cuento. En mi
casa sí que saben que la poquita cantidad que me dan, no cubre
nada de lo que yo invierto. Quisiera agradecer a mi mujer y a mis hijas la
mucha paciencia que tienen. Entre semana entrenamos 4 días: empezamos a las 8 y
terminamos a las 10,30 de la noche, con lo cual no llego hasta las once y pico a casa. Y
luego, los domingos que es el día para estar en casa, me voy a las 9 y vuelvo a
las 3 y media con la mesa puesta.
¿Cómo
es la relación con los jugadores y el cuerpo técnico?
Somos los papás de los
jugadores. Y yo si presumo de algo en el Trival es que Marcos siempre me dice
que es el mejor fichaje que ha hecho para el Trival. Esas palabras de Marcos
hacen que yo todos los meses me sienta súper pagado. Siempre que me presenta o
habla con alguien dice eso. Y respecto a los jugadores soy su persona de
confianza. Me piden de todo. Cada vez que necesitan algo. También será por mi
edad, que tengo 59 años.
¿Tienen
muchas manías, son muy caprichosos los jugadores del fútbol modesto?
Mucho, mucho, mucho. Más que
manías, son supersticiosos. Uno siempre quiere que la camiseta que lleva de
bajo sea blanca, otro que si las medias
tienen que ser las mismas de la semana anterior porque tiene alguna marca que
las conoce. Los porteros son los más maniáticos con los jerseys.
Ten en cuenta que nosotros
compartimos la camiseta de los porteros con el equipo regional y con los juveniles.
Entonces alguno me dice que si el domingo pasado jugó con la camiseta negra y
le fue bien, pues tiene que ser la negra y no le vale otra. También pasa eso
con las medias. Pero como ya les conozco no hace falta que me lo pidan. También
en invierno pasa lo mismo con el tema de
los guantes, de los gorros y las bragas. Y el agua en verano... hay quien la
quiere muy fría, otros no menos fresca…
Y
el tema de las botas es un capítulo parte…
Son totalmente especiales
con sus botas. Si a un jugador un día se le olvidan las botas por lo que sea,
me he tenido que volver con el coche a por ellas porque no les vale la de sus
compañeros. Y las nuevas nunca las estrenan en los partidos. Entrenan con ellas
5, 6 ó 7 días hasta que las desgastan porque dicen que no tienen el
mismo tacto. Eso sí, se las limpian ellos, eh? Yo no limpio ninguna bota.
¿Suelen
los jugadores colaborar, echar una mano, o son descuidados en este aspecto?
Son totalmente descuidados.
Será porque les tengo tan sumamente mimados que saben que estoy de tras de
ellos. Cuando acaban de entrenar tengo que ir detrás de ellos recogiendo los
guantes, los pantalones… Muchos días se dejan zapatos, la parte de debajo del
chándal… Les digo, pero ¿cómo te puedes ir a casa dejándote la parte de abajo
del chándal y no darte cuenta? Puede que estén en el Trival excesivamente mimados
en este sentido.
Una
anécdota curiosa que le haya pasado desempeñando estas funciones…
Un día que fuimos a jugar al
campo del Carabanchel que se me olvidaron las camisetas en la Canaleja. Uno por el otro, nos la dejamos. Imagínate la
cara cuando iba a preparar las equipaciones y no estaban. Movimos Roma con
Santiago, pero los jugadores salieron con sus camisetas. Y en Yecla, que me fui
con dos o tres bolsas de material y me
volví con una porque los jugadores regalaron el resto.
lo que te venden como deporte es un compra-venta sin razon sin sentimientos. utilizado por unos pocos para ganar dinero y hacer trueques y desde luego para los hijos del cuerpo,da igual que te esfuerces o que te sientes si es para ti no hay quien te lo quite, por el contrario si deciden que no es para ti el "caramelo"(no te lo comes hagas lo que hagas)
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