Álvaro García, a pesar de su juventud, tiene 29 años, ha demostrado con resultados que tiene madera para ganarse la vida en en esto de los banquillos.
En los años que lleva al frente del San Sebastián de los Reyes, Álvaro, no sólo ha ascendido al equipo a la segunda división B, si no que, además, fue capaz de gestionar con acierto una plantilla angustiada por los problemas económicos.
Charlamos con el técnico del Sanse que nos habla de sus comienzos, de su forma de trabajar y sus sueños de futuro en la profesión.
¿Cómo llegas al San Sebastián de los Reyes?
Pues mira llevaba 7 u ocho temporadas trabajando en el fútbol
base y después pase a entrenar en el fútbol regional en Ciudad de los Ángeles,
en Villaverde. Y de ahí cogí el segundo equipo del San Sebastián,
por mediación de la escuela y estuve ahí varias temporadas. En la 2009/2010
entrené 10 jornadas al primer equipo en tercera división y después volví al B, aparte
con la dirección deportiva del primer
equipo. Y después, es cuando ya empecé a entrenar al primer equipo en tercera división en
la temporada 2010/2011. Aquí llevo, por tanto, 5 temporadas, dos con el filial
y tres con el primer equipo.
Tienes 29 años, eres
de los entrenadores más joven de la categoría…
Sí, el primer equipo lo cogí con 25-26 años, pero fueron 10
jornadas momentáneas y luego volví otra vez al B. Y con 27 años es cuando ya empecé a
entrenar al primer equipo en tercera, ahí sí, desde el principio de temporada. Y desde ese momento hasta
ahora.
Siendo tan joven,
aparte de tu valía profesional, tendrás que tener, además, una fuerte personalidad…
Después de estos 4-5 años, uno también va
cogiendo años y adquiriendo experiencia
con la gestión de grupos, que es lo más difícil de estas categorías. Te
encuentras con jugadores que tienen más edad que tú, sobre todo, cuando empecé,
que tenía 25 años y ahí la diferencia de edad era más que ahora. Porque ahora,
al ir cumpliendo también años, me voy equilibrando con los jugadores que suelen tener 28-29 años. Creo que si tu trabajo lo haces bien, al
final, independientemente de la edad, te ganas el respeto de los jugadores.
¿Con qué imagen te
quedas de tu primera charla en un vestuario?
La verdad es que fue complicado. Fue con gente profesional o
semi profesional, a falta de 10 jornadas,
cuando la cosa estaba muy complicada. Eso lo hizo más difícil que cuando coges a un
grupo desde el principio. Pero la verdad es que lo recuerdo bien, no fue ni
mucho menos nada desagradable. Reconozco que esa primera toma de contacto, en
esas circunstancias, fue complicado, pero mira seguimos aquí.
¿Qué se le hace más
caso al entrenador que más grita o al que más dialoga?
Cada entrenador tiene su forma de trabajar. Yo creo que al
final tienes que saber llevar a los jugadores con argumentos, saber lo que les
viene bien a ellos para competir y sacar los partidos adelante. Cada
instante de la temporada o cada día, tienen
su momento. Hay veces en los que se puede ser más tranquilo y otras en las que hay que
sacar esa voz de mando o ese grito que haga que los jugadores se espabilen y
den ese punto más. Cada situación es diferente y hay que saber adaptarse a las
circunstancias.
Tras una derrota y un
mal partido, ¿Dices algo a los jugadores o prefieres evitar actuar estando
en caliente?
Después de los partidos no solemos comentar nada porque no
solamente los jugadores están calientes, nosotros también. Lo que puedas
decir en ese momento puede estar influenciado por si se ha ganado o se ha
perdido, por la euforia o por el cabreo que puedas tener por el resultado y
muchas veces no ves la realidad.
Yo prefiero no decir nada, que los jugadores
tengan su espacio y su momento tranquilo para que puedan pensar lo que han
hecho en el partido. Preferimos comentar las cosas el siguiente día y ya el
miércoles analizamos las cosas con más detalle porque el jugador ya ha podido
reflexionar sobre sus errores. Siempre 2 ó 3 días después del partido porque
creo por experiencia que se ven mejor las cosas que después de un partido. Ahí es
cuando más provecho se saca a la hora de analizar los errores y ver los videos con los
jugadores.
¿Aceptas los consejos
o comentarios de tus jugadores tras una mala racha?
Yo tengo mis ideas respecto a la forma que tenemos que jugar,
pero sí que es cierto que los entrenadores, aunque tengamos nuestras ideas,
somos los primeros que nos podemos equivocar. Yo soy el primero que me puedo
confundir. Y si los jugadores consideran
que alguna cosa no se está haciendo bien, no están a gusto, o creen que se puede mejorar
de cualquier otra forma, yo soy una persona que escucha.
Se han dado casos
otras temporadas de no ganar partidos y los jugadores proponer otra forma de
jugar para salir de esa situación y alguna vez hemos accedido y el equipo ha
dado un cambio. Muchas veces los entrenadores nos equivocamos al hacer una
cosa, que luego se demuestra que no es la ideal. Yo respeto y escucho la
visión que te puedan dar la vuelta a la situación que tienes.
También puede
darse momentos de no ganar partidos y probar cosas diferentes, convencido que lo
que hago es lo que nos va a permitir ganar. Pero si los jugadores no están
convencidos, tienes pocas opciones de lograr el objetivo. Un entrenador tiene
que saber escuchar porque al final, ganamos todos. En un grupo todos
tienen que remar en el mismo sentido, a pesar de que el entrenador sea el
responsable. Pero al final, todo es un
conjunto. En mi caso dialogo con los jugadores y en alguna ocasión he cambiado
la forma de jugar en un momento puntual porque el equipo pensaba que esa era la
forma en que iban a llegar los
resultados. El año pasado hicimos un cambio durante la temporada y nos salió bien.
¿Has tenido la
sensación alguna vez de ser injusto con algún jugador?
Es que es muy complicado. Durante la semana miras a todos
por igual, pero es cierto que tienes un equipo base durante
la temporada y que hay jugadores que se quedan fuera y que les podrías alinear.
Pero bueno, la temporada es muy larga y tiene muchos partidos. El que trabaja y
hace sus cosa bien, tiene su sitio durante el año porque toda la gente es
importante. Es cierto que hay veces que dejas a jugadores en el banquillo
que podrías alinear desde el principio, pero al final tú eres el que tienes
que tomar decisiones.
Lo bueno es tener un grupo donde todos compitan y que
tengas jugadores para jugar todo el año. Lo malo sería que alinear sólo a once porque creas que el resto no te van a aportar
nada. Yo he tenido plantillas no amplias, pero sí de 18 ó 20 futbolistas, que han respondido todos. Al final de temporada todos han tenido su
momento.
¿Se puede llegar a ser amigo de un jugador?
Lo veo complicado. Creo que puedes llegar a tener buena
relación porque, al fin y al cabo, trabajas en algo que te gusta. Pero cada uno
tiene su sitio. El entrenador tiene que alinear a once que estarán
contentos. Los que no jueguen, no lo
estarán tanto. Puedes tener una relación mejor con unos que con otros, o una
cierta amistad en un futuro, pero es complicado que pueda tener una amistad con
un jugador.
El entrenador tiene que ser objetivo al cien por cien y hacer lo
que creas para sacar el máximo rendimiento y en ningún momento te puede
influir una situación de amistad con un jugador. Puedes tener más o menos
feeling, pero la amistad es complicada.
¿Qué porcentaje del
éxito o del fracaso tiene de culpa un entrenador?
Yo creo que es una figura importante porque al final es el
que tiene que proponer la forma de jugar de un equipo para ganar los máximos
partidos posibles. No es algo primordial porque lo importante es tener buenos
futbolistas. Pero creo que un buen equipo con una mal entrenador o que no sepa
llevar a ese equipo, sí que lo puede estropear. Y al revés, un buen entrenador con un equipo normal, sí
que puede hacer que compita a un gran nivel y esté en posiciones que en
principio no eran su objetivo. Durante la temporada, con el trabajo y sabiendo
llevar el grupo, que para mí es lo más importante, se pueden llegar a conseguir objetivos.
Con las dificultades
económicas que ha pasado este equipo, ha quedado claro el compromiso y
profesionalidad de sus jugadores. ¿te quedas con algún momento en concreto?
Hoy en día hay muchos equipos con problemas económicos y es
complicado ir al día. Nosotros hemos estado dos temporadas muy malas, donde
hemos llegado a estar 5 y 6 meses sin
cobrar y el nivel de compromiso de la plantilla ha sido espectacular. Me quedo,
por ejemplo, con el año del ascenso a segunda B. En principio éramos un
equipo para salvar la categoría, sin pasar demasiados apuros. Al final, a
pesar de estar 3 y 4 meses sin cobrar, nos metimos en el play off y la gente
se olvidó de los temas de los cobros y sólamente se centró en el tema
deportivo. El equipo se metió en su burbuja y se hizo hermético y al final
logramos el ascenso.
Y el año pasado después de ascender, pensábamos que las cosas iban a ir
mejor en el aspecto económico y no fue así. Hubo un punto de inflexión a falta
de diez jornadas que perdimos contra el Montañeros y nos pusimos últimos, donde
el equipo reaccionó. Todo el mundo nos daba por descendidos y el equipo hizo una
piña y la plantilla se conjuró y fuimos capaces de ganar 7 partidos y casi nos
metemos en play off.
Fuimos capaces de levantarlo y sacamos la categoría
adelante sin cobrar. Y este año ha entrado gente nueva y estamos más tranquilos
en ese aspecto. Pero las dos anteriores parecía que el equipo iba a desaparecer
y al final el vestuario dió un paso adelante y fue capaz de seguir comptiendo.
Si me dicen hace dos años que según estaban las cosas íbamos a estar en segunda
b, con 20 puntos a estas alturas no me lo hubiera creído. Ha sido algo muy
bonito que hemos sacado adelante entre todos y sin el compromiso demostrado hubiera sido imposible.
¿Quién es tu modelo a
seguir en los banquillos?
Cualquier entrenador que esté en la élite y también los que
están en el fútbol base. Cada entrenador tiene su forma de trabajar y me
intento fijar en todos los entrenadores, independientemente de la categoría. En
cuanto a la élite, por ejemplo, Vicente del Bosque, por lo que ha conseguido con
la selección española y el Real Madrid y
también, Pep Guardiola. Ojalá que algún día
pueda estar en esa posición porque significaría que hemos hecho bien el
trabajo.
¿Qué nota le das
hasta el momento al equipo en estos meses? ¿Cuál es el límite de este grupo?
Se me hace difícil dar una puntuación. A nivel de trabajo y
de compromiso de grupo doy un diez
porque para mí, después de tres años, es el mejor grupo que he tenido. Son
gente sana y gente que les gusta lo que hacen. Y a nivel deportivo
tenemos 3 puntos mas que el año pasado
y estamos creciendo. Creo que nos costó empezar y coger ritmo, pero vamos
a más. Nuestro objetivo principal es
salvarnos, espero lo más pronto posible. Y si podemos estar de mitad de tabla
para arriba para nosotros sería ideal, pero poco a poco.
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