Temporada tras
temporada seguía retrasando una decisión
que, sabía, un día tendría que tomar. A punto de cumplir 42 años, Salva, ha
decidido colgar los guantes y retirarse del fútbol en activo. Desde los 8 años
ligado a este deporte, repasamos su trayectoria, sus recuerdos y planes de
futuro de un histórico del fútbol modesto madrileño.
Bueno, ahora sí que sí,
ya no hay marcha atrás, cuelgas los guantes y dejas el fútbol en activo…Se
confirma que Salva no es eterno…
Jajaja, sí, eso me decía Rubén. Siempre que íbamos a jugar
frente al Sport y estaba Rubén de entrenador
me decía, ¿Tú, qué pasa?, ¿eres eterno
o qué?. Pero se confirma que todo tiene su fin.
¿Cómo estás viviendo
estos momentos?
Pues, en el último partido, estuve súper contento porque vino
mucha gente, muchos amigos y me dieron un montón de muestras de cariño. Pero
ese día estuve muy tranquilo. Y el lunes empecé a ver algún vídeo que habían
colgado por twitter y me dio por llorar un rato.
Una decisión muy
meditada, pero no por ello menos dura ¿no?
Es que al final, como yo digo, casi no sabes vivir sin el
fútbol. Desde los ocho o nueve años que empecé a jugar al fútbol, entrenar
diariamente, jugar los domingos… Supongo que, cuando no lo tienes, es cuando lo
echaré de menos…No sé, ya te diré…
Con 41 años, ¿Qué
faltaba?, ¿Ganas, ilusión o fuerzas?
Pues de estas tres cosas no faltaba ninguna. Yo, ilusión y
fuerzas, siempre he tenido. El problema este año ha sido la lesión. En agosto
tuve un golpe bastante fuerte en la cadera y llevo arrastrando ese golpe un
montón de tiempo… Tuve, además, un cólico nefrítico a raíz del golpe… He tenido
de todo… Todos los días me tenía que quedar un rato más para estirar porque, si
no lo hacía, al día siguiente, no era capaz de entrenar. Me he tenido que
cuidar mucho para poder llegar bien los domingos…Ha sido un poco duro en ese
sentido, pero por ganas no será…
¿Con qué imagen te
quedas de la despedida? ¿Con qué mensaje, o muestra de cariño te quedas?
Fueron mis amigos desde que jugaba en el Rayo. Somos una
pandilla de cinco amigos desde que éramos pequeñajos y que no venían a verme
desde que jugaba en el Rayo. No sabía nada de que iban a ir y aparecieron
cuando estábamos calentando y la verdad es que me dio un subidón y mucha
alegría. Además, en la charla antes de jugar, entró el presi, que no suele
entrar nunca al vestuario, y dijo que estaba ahí porque era uno de sus niños
preferidos. Se puso a llorar, también se puso a llorar el míster… Así que
imagínate cómo sales a jugar un partido así…
Es que el Pozuelo ha
sido para ti una auténtica familia…
Sí, estuve una época dos años, luego estuve en el Colmenar
porque tuve un conflicto con el entrenador, cosas pasadas, y luego volví y he
estado diez años con Chema Ramos.
Bueno y a hora qué,
¿Cómo vas a matar el gusanillo de los entrenamientos semanales?
Todavía no he planificado nada. Sí que es verdad que a mí siempre me ha gustado
mucho jugar al fútbol y estar siempre ligado a este deporte. Tengo muchos
amigos, que realmente son más que amigos porque he compartido y vivido muchas
cosas con ellos. No he pensado nada. Sí que pienso seguir ligado al mundo del
fútbol, pero de momento no he pensado nada.
Lástima que se
perdieran las opciones de play off en la penúltima jornada…
Sí, y más viendo la temporada que estaba siendo bastante dura
porque los de arriba ganaban siempre y nosotros no éramos capaces de
engancharnos. Viendo lo que nos ha costado llegar a esos puestos de arriba y
perderlo todo en los 3 últimos partidos, pues es duro. Y más en mi caso que,
desde el principio de temporada sabía que era la última. Entre los niños, lo
que hay que hacer en casa, mi espalda… Mi mujer y yo sabíamos que iba a ser la
última temporada. Es duro, sobre todo, en cómo ha terminado.
¿Qué te ha dado el
fútbol a nivel personal?
Muchísimas cosas. El fútbol te educa como persona, como
deportista y te aporta muchas cosas al convivir con veinte personas en un
vestuario. Aprendes a respetar, te aporta muchas cosas. Aprendes muchas cosas
de la gente más veterana. Espero que los jóvenes hayan aprendido también algo
de mí. Y, sobre todo, muchos amigos que veo continuamente. Por ejemplo, Montero
o Pablo, que también se retira este año y llevamos jugando desde juveniles. Hay
muchos compañeros que les sigues viendo que tienes relación con ellos y son
amigos para siempre.
¿A qué has tenido que
renunciar?
Sobre todo, tiempo de dar a mis hijos y a mi mujer. Cuando
era joven mis amigos me decían vamos a tomar algo por ahí y yo les tenía que
decir que no podía porque tenía que jugar. Pero eso no me importaba porque me
gustaba lo que hacía. Sobre todo, tiempo, pero lo recompensas por otro lado
porque lo que haces te gusta.
¿Por qué te decidiste a
ser portero?
La verdad que de pequeño no jugaba mucho al fútbol, hasta los
ocho o nueve años no lo hice. Y en el barrio, ya sabes, como no jugaba muy
bien, pues me tocaba siempre de portero. Empecé a parar bastante y me dijeron
que me apuntara al equipo del barrio. Y de ahí hasta ahora.
¿Quién ha sido el
portero de estas categorías que más has admirado?
Pues muchos. Pero he admirado mucho y ha sido muy amigo mío
Amaro. Lo conozco desde juveniles y me parece un porterazo. Y me quedo también
con Toni, que ha jugado conmigo unos cuantos años y hemos tenido una relación
buenísima los dos. Hacía las cosas muy sencillas, no tenía que esforzarse para
hacerlas. Aparte de ser los dos muy buenos también me quedo con la relación que
tenía con ellos.
¿El delantero que más
problemas te ha causado?
El “Llanero” el cabrón jajaja que siempre le decía no me
tires muy fuerte ¿eh? Jajaja
¿Con qué parada te
quedarías de las que has realizado a lo largo de tu carrera?
He tenido unas cuantas pero no te podría decir una en
especial. Quizá una en casa contra el Alcalá en un remate de cabeza que hice
una parada de reflejos bastante buena. Esta la recuerdo en especial porque el
partido fue peculiar. Empezamos perdiendo, nos expulsaron a uno y terminamos
ganando tres a uno el año que nos metimos en el play off.
¿Cuál ha sido el mejor
recuerdo en un campo de fútbol?
Los mejores son cuando juegas un play off. Con el Alcalá,
cuando jugamos el play off y ascendimos a segunda B, ese momento fue muy
bonito. Y con el Pozuelo, también han ha habido momentos muy especiales porque
es una recompensa, aunque no hemos logrado ascender en ninguna de las dos
ocasiones. Y estando en el Rayo, pues algunas veces que entrenaba con el primer
equipo, y en los partidos amistosos que me ponían…
A veces los sueños no
se cumplen pero, en estas categorías, también, uno puede ser feliz y sentirse
realizado…
Claro que sí. Si no me hubiera sentido así, no hubiera
seguido tantos años. Al final, si sigues, es porque te gusta. El tiempo que te
quita, que es prácticamente el ser un profesional sin serlo en estas categorías,
es porque te gusta, de lo contrario…
Tu momento mediático,
cuando marcaste el gol desde tu propio campo…
El año pasado marqué un gol desde mi propia puerta y fue una
locura. Me llamaron de un montón de sitios. Estaba en el trabajo y sonaba el
teléfono y me decían oye que te llamamos de no sé dónde… Así durante dos o tres
días seguidos.
¿Qué consejo darías a
los más jóvenes que está empezando?
Que sin trabajar no se llega a ningún sitio. A los porteros
les diría que tiene que tener mucha personalidad dentro del campo y que se
dejen aconsejar. Hoy en día los chavales se dejan aconsejar poco y es
importante de gente que ha pasado por ello y te pueden decir cómo salir y cómo
avanzar. No es cuestión de que se tenga menos respeto, es cuestión de que te
escuchan menos. Antiguamente el respeto era más a base de golpes, como yo digo,
y ahora te dicen que sí y posiblemente no te estén escuchando la mitad de las
veces. Y alguien que te dice algo que lleva 30 años y ha pasado por ascensos,
por descensos, por play off, por filiales, que ha tenido opciones de jugar en
primera división, pero no lo ha aprovechado, te puedes dejar aconsejar.
¿Vas a seguir ligado al
futbol de algún modo?
No lo he pensado. Sí que me gustaría pero me voy a tomar unos
meses de relax y luego ya veré. Sí que he pensado sacarme el título de
entrenador, pero, sobre todo, para ser entrenador de porteros. Lo de ser
entrenador no me llama la atención mucho, la verdad. Pero lo de entrenar a
porteros sí que me llama la atención, he entrenado a niños alguna vez y sí que
me gusta.