Nuestro protagonista de hoy no ha parado de arrepentirse de
lo que ocurrió el 28 de febrero del año pasado al término del partido que
enfrentó a su equipo, el Unión Adarve, y el Atlético de Madrid B en la
vigesimosexta jornada del Grupo VII de Tercera División.
Ese día,
después de un partido bronco, Álvaro Santamaría “Santa”, agredió a Carlos
Morales, uno de los guardametas del conjunto rojiblanco y fue castigado con dos
años de inhabilitación por el Juez de Competición de la FFM, aunque,
finalmente, la sanción se ha rebajado a un año.
Trascurrido
este tiempo, “Santa” ha vuelto a los terrenos de juego, gracias a la
oportunidad que le ha dado el Alcobendas Levitt y vuelve a sentirse de nuevo
futbolista.
Interesantes
reflexiones de un deportista que reconoce que se equivocó y que jamás debió de
reaccionar como lo hizo.
¿Quién es Álvaro Santamaría y cuál es tu trayectoria en el mundo del fútbol
modesto madrileño?
Pues mira empecé en Alcobendas desde Cadete B y
estuve hasta segundo año de senior. Luego me fui dos años al Sanse B, después
al Madrilejos con Víctor Cea media temporada y de ahí al Adarve hasta que tuve
el problema el año pasado. Y ahora, una vez cumplida la sanción, pues de vuelta
al Alcobendas.
¿Cómo llevas tu vuelta a los terrenos de juego? ¿Estás ya en plena forma?
Me encuentro muy cómodo. El otro día jugué ya mi
primer partido de inicio y lo que me
falta es más ritmo de partidos, más minutos y coger el fondo físico.
¿Qué sentiste al volver a un terreno de juego después de un año sin jugar?
Fue una sensación muy bonita el poder volver a
jugar y más tras lo que había pasado. Las sensaciones fueron buenísimas, muy
contento y disfruté como un niño pequeño.
Y sobre todo, ¿Qué se te pasó por la cabeza cuando los dirigentes del
Alcobendas Levitt te llaman para darte esta nueva oportunidad?
Fue una llamada con doble regalo. Me llamaron
para decirme que me habían reducido la sanción y como consecuencia de eso había
un equipo interesado en mí: el Alcobendas Levitt. Me quedé en shock, tardé en asimilarlo hasta el día siguiente.
¿Llegaste a pensar en algún momento que podrías dejar de jugar al fútbol?
Sí, de hecho ya me había hecho la idea. Empiezas
a tener una edad, te independizas y hay que trabajar y la sanción era de dos
años. Y con 27 años era difícil ponerse a pensar a en volver a jugar. Así que
me había buscado un trabajo por las tardes. No lo tenía asimilado, pero sí lo
tenía en la cabeza el que no podía seguir jugando al fútbol.
¿De quién te acordaste en esos momentos tan íntimos y especiales?
En ese momento estás tan concentrado y pensando
en el partido que tampoco te acuerdas de mucha gente, pero sí que es cierto que,
cuando termina el partido, te acuerdas de toda la gente que ha estado cerca de
mí cuando lo he pasado tan mal.
¿Cuál fue el momento más duro de estos meses sin poder jugar al fútbol?
Todos… Desde el momento que pasa lo que pasó y que
nunca tenía que haber pasado. Desde ese instante me empecé a arrepentir hasta
el día de hoy. Cuando te quitan algo que es tu vida, estás viviendo algo
que no es lo que quieres y más cuando es
por algo que nunca tendría que haber pasado.
¿Cuántas veces has dado vueltas a lo que pasó y cuántas veces te has
arrepentido de tu acción?
Todos los días. Al final estás pagando por algo
que no va con mi forma de ser. Todos los días lo piensas y te preguntas por
qué. Estas viviendo algo que no va contigo, ni con tu forma de ser y no te lo
imaginas.
¿Has hablado con el otro jugador para pedirle perdón?
Sí el día que tuvimos el juicio me disculpé ante
él y estuvimos hablando un rato.
¿Qué has aprendido de esta experiencia?
Más que
aprender me ha hecho madurar un montón. Aprender a valorar lo que tienes
y saber lo que te va a llevar por mal camino y te va a traer malas consecuencias.
Si me tuviera que quedar con algo sería que lo malo se paga caro.
¿Qué consejo darías a cualquier jugador, sobre todo, a los más jóvenes para
evitar actuar en caliente y hacer cosas que tiene consecuencias que luego te
puedes arrepentir?
Sabemos que en el fútbol vives momentos muy intensos
y que estás a muy altas pulsaciones, pero cualquier futbolista se tiene que
parar a pensar, contar hasta 10 y no hacer nada de lo que te puedas arrepentir.
Esto es un deporte y tienes que tener los valores del deporte, respetando al
contrario y nunca desprestigiarlo.
¿Has notado algo raro entre los rivales después de lo que paso en tu vuelta
a los terrenos de juego?
La verdad que me ha sorprendido. Han sido muchos
los compañeros que me han dado la enhorabuena por volver a jugar. He sentido el
cariño de muchas personas. Muchos de ellos me han dicho que la sanción ha sido
exagerada pero yo en eso ya no me meto.
Cambiando radicalmente de tema, fuiste elegido para formar parte de Academia Football Cracks, el reality show dedicado a buscar chicos
mayores de 16 años para convertirlos en los próximos ídolos del fútbol. ¿Cómo
fue la experiencia y para qué te sirvió?
Con el paso del tiempo lo vas valorando cada vez más. Imagina te lo que es estar con Zidane, Francescoli, Lobo Carrasco… Mucha gente del fútbol profesional. Estos dos tres meses que estuvimos ahí, con ese ambiente de fútbol, estás todo el rato en modo esponja intentado aprender lo máximo posible. Me quedo con las experiencias que viví, lo que compartí con los compañeros, lo que aprendí en los entrenamientos.
¿Con qué consejo o
imagen te quedas de tu contacto con gente como Zidane?
Zidane nos decía que nunca perdiéramos la ilusión.
¿Qué retos te marcas a corto plazo dentro del mundo del fútbol modesto?
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