Ha revolucionado el club, ha logrado que el nombre de un club
modesto como el CF Fuenlabrada haya salido en los principales medios de
comunicación a nivel nacional. Su fichaje por el club azulón ha revolucionado
la ciudad y el proyecto que encabeza ha ilusionado a sus aficionados que sueñan
con que este año puedan dar el salto que se les ha resistido en las últimas
temporadas.
Es un lujo que el fútbol modesto madrileño cuente con
Fernando Morientes, uno de los mejores delanteros de nuestro fútbol y que ahora
se labra su futuro en los banquillos empezando desde abajo. Poco a poco,
aprendiendo de una categoría dura y competitiva que seguro le sirve para
adquirir experiencia y dar el salto a los banquillos de la élite.
Pero mientras tanto, Fernando, después de jugar en los
mejores estadios del mundo, de compartir vestuarios con estrellas consagradas
de este deporte, está cogiendo el pulso a los campos de la categoría de bronce,
conviviendo con futbolistas, empleados y directivos que no han tenido la suerte de llegar más arriba, pero que sienten la profesión
tanto o más como los que hacen sus mismas funciones en la primera división.
Foto web CF Fuenlabrada |
Llevas 4 meses al frente del
Fuenlabrada, ¿Cómo valoras la experiencia de entrenar en las segunda B, en el
fútbol modesto?
La verdad es
que estoy encantado por cómo se están desarrollando las cosas, las facilidades
de trabajo que nos están dando, tanto por parte del presidente como de toda la
gente que ya estaba en el club y, de momento, estoy muy contento.
Supongo que tendrías alguna oferta
más, ¿Por qué terminas eligiendo el Fuenlabrada?
Siempre que
me preguntan esto les respondo lo mismo, ¿Y por qué no?. Para un entrenador
joven es difícil asomarse a la élite del fútbol y creo que los pasos
pertinentes para un entrenador joven, y como es mi caso, que ha tenido mucha
experiencia en los terrenos de juego, pues hay que hacer las cosas poco a poco.
Primero es el fútbol formativo, que creo que es el paso primero y después, si
puedes, dar un pasito en la segunda B,
que es una categoría muy complicada y en donde creo que se puede aprender
mucho. Por tanto, ¿Por qué no?
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Hay entrenadores que prefieren ser
segundos de un equipo de primera división, y otros, como tú, que has elegido
ser primer entrenador en el fútbol modesto. ¿Dónde crees que se aprende más?
Creo que en
ambos casos se aprende mucho. Cada uno en su lugar. He tenido desde el primer
momento la opción de ser primer entrenador, no he tenido la opción de ser
segundo… A lo mejor, si me hubiera llamado algún compañero o algún amigo de la
mucha gente que conozco en el mundo del fútbol, a lo mejor me hubiera gustado
esa opción. Pero, en este caso, lo tenía muy claro desde el principio y me siento
más cómodo siendo primero que siendo segundo. Pero, en esto del fútbol, nunca
se sabe dónde puedes acabar.
Has sido futbolista profesional, has
jugado en la élite, ¿Qué es lo que más te está sorprendiendo del fútbol
modesto, de la segunda B?
Me está gustando mucho la pasión con que la gente vive los
partidos. No te hablo sólo de dentro del terreno de juego, me refiero a la
gente, de cómo están los campos de llenos a los que hemos ido, en Talavera,
Portugalete, Barakaldo… Me sorprende cómo responde nuestra afición incluso en
los días desapacibles… Eso es lo que más me gusta. Una categoría, digamos
descafeinada, en la que la gente de Madrid tiene la opción de ver a equipos de
primera y segunda división, pues que la gente, los aficionados tengan la
gentileza de ir a ver los equipos de su barrio, de su ciudad o de su pueblo. Todo eso hay
que agradecérselo.
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Has entrenado a los juveniles
en el Real Madrid, ahora estás en segunda B, ¿Se nota mucho la diferencia, el
cambio de entrenar en uno u otro sitio?
Sí, se nota mucho. La gestión del grupo sigue siendo
prácticamente igual, pero no es lo mismo gestionar a un grupo de chicos jóvenes, de gente que tiene la ambición de progresar,
que aquí que es una mezcla de todo: gente veterana, que no aspira a jugar en
primera división, pero que aspira a fortalecerse en estas categorías y otros
chicos jóvenes que sí que tienen la aspiración de ascender y pasar por estas
categorías para tener la posibilidad de dar un paso adelante en su carrera.
Como entrenador lo estoy llevando prácticamente igual: hago casi lo mismo que
hacía en fútbol formativo, lo único que te adaptas un poco al club, a los objetivos,
y a las edades de los chicos.
¿Has implantado muchos
cambios respecto a la gestión diaria de lo que tenía antes el club?
Aquí y en muchos otros sitios normalmente se hacen las cosas
bastante bien. Hay gente bien preparada en el fútbol modesto o amateur y se
intenta hacer todo lo más parecido al futbol profesional. A veces es más complicado
porque los medios no son los adecuados,
pero, en este caso, siempre lo he dicho públicamente
el presidente se está portando genial con nosotros y no nos está diciendo no a casi nada.
Estamos pidiendo cosas acordes con las necesidades que tenemos y con lo que el
club puede aportar.
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¿Qué les dices aquellos
que puedan pensar que cómo te has metido en un embolado de estas
características que te implica nervios, tensión, dejar de ver a la familia…?
Al final es el mundo en el que me he movido desde que empecé
en esto que fue muy jovencito, es un mundo que me gusta, que me apasiona… Es
verdad que tiene sus días buenos, sus días malos, pero estoy contento, estoy
feliz, y estar contento y estar feliz haciendo algo que te gusta y te motiva, al
final, también, lo nota la gente que tengo alrededor. Si no lo estuviera haciendo,
seguro que no estaría tan contento como estoy ahora.
¿Qué te puede aportar a
nivel personal esta experiencia y qué
puedes aportar tú al equipo como entrenador y ex jugador de élite?
A mí me puede aportar muchísimo, casi todo. Tengo la
oportunidad de entrenar en una categoría desconocida para mí, donde no he
jugado nunca. Sí que es cierto que he visto partidos de segunda B, pero no es
lo mismo verlo desde la grada o verlo puntalmente que seguirla diariamente y ahora semanalmente
los partidos, tener conocimientos de los equipos de nuestro grupo y del resto,
de los jugadores…
Y yo aportar, sin lugar a dudas, puedo aportar la experiencia
del fútbol profesional y trasladar muchos de esos momentos que he podido vivir
a nuestro día a día.
¿Dónde o cómo se
disfruta o se sufre más, como jugador o entrenador?
Sin lugar a dudas se sufre mucho más en el banquillo. En el
campo estás haciendo tu trabajo, estás metido en el partido y sí que lo sufres
al final cuando el resultado es adverso.
Pero en el banquillo se sufre mucho
más a lo largo de los 90 minutos. Como jugador eres el que puedes cambiar el
sino del partido para bien o para mal y esa oportunidad sólo la tienen los que
están dentro del campo. Los que están
fuera… los que estamos ahora fuera podemos determinar los cambios, pero los que están dentro son los que tienen
que meter el balón dentro.
Como entrenador, ¿Se
puede ser amigo de un jugador?
Sí, no está reñido, pero tienes que saber cuáles son las
funciones de cada uno y ser muy claro en
las buenas y para las malas. El jugador tiene que comprender cuál es el trabajo
del entrenador y el jugador tiene que comprender ante una situación adversa que
el entrenador tiene que tratar igual a ese que a lo mejor tienes una cierta
amistad que a otro que no lo tienes.
¿Quién es tu modelo en
los banquillos?
Ninguno. Tengo la suerte y la fortuna que he tenido grandísimos
entrenadores, tengo una forma de ser que hace que sea muy difícil que alguien me
cambie por lo que pueda ver en televisión o porque me guste de otro más o menos.
Al final lo he adaptado y me he quedado con lo que me ha gustado de los entrenadores que he tenido y trato de no hacer lo que menos
me gustó de otros. Afortunadamente he tenido muchos entrenadores y me he quedado con
cosas de unos y de otros.
Tuviste el año pasado
experiencia como jugador en el Santa Ana, de la preferente madrileña ¿Cómo fue
la experiencia de pasar de los mejores estadios del mundo con estrellas
consagradas a compartir vestuario con futbolistas modestos?
Fue un año espectacular… Iba a entrenar con ellos y la verdad
es que no jugaba mucho, era una forma de hacer algo que siempre me ha gustado,
como es jugar al fútbol, pero como hobbie, no como profesional que siempre es
una cosa distinta.
¿Valoras ahora más a
los que forman parte del futbol modesto?
Siempre les he valorado. He jugado con equipos de segunda B
en la Copa del Rey y hablaba con ellos y
me contaban que trabajaban, los sacrificios que hacían… Tiene mucho mérito, es
algo que les apasiona y muchos de ellos no han podido llegar a categorías superiores
y se han quedado en el camino, pero diariamente llevan las mismas pautas que
los jugadores profesionales, aunque económicamente no estén tan bien renumerados.
¿Qué les dices aquellos
que piensas que los ex jugadores famosos lo tenéis más fácil para ser
entrenadores?
Sí, que a lo mejor este primer paso lo tenemos más fácil porque
se nos conoce, pero también es cierto que lo que nosotros aportamos a los
clubes modestos, no lo puede aportar alguien que no tenga ese nombre. Lo comido
por lo servido. Lo que es cierto es que, si al final la pelotita no entra, da
igual que te llames Zidane, Morientes, Antonio o Jesús. Te van a valorar por lo
que pase y hagas en el campo.
Si logras el ascenso
serías capaz de…
De nada porque no es una meta que este en mi cabeza todavía.
Es la ley del fútbol, partido a partido. Es la filosofía del fútbol. A no ser que estés en el Madrid, o en otros
clubes donde el objetivo siempre va a ser ganar un título, en el resto, en los
clubes modestos, hay que estar tranquilo e ir paso a paso porque nunca sabes cómo
van a terminar las cosas.
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