“Para mí el Naval es como mi familia”. Poca gente ama y demuestra querer los colores del equipo de su pueblo como lo hace nuestro invitado de hoy.
Si decimos que entrevistamos a Ángel González Arribas quizás pocos le
pondrán cara. Pero si nos referimos a “Masiqui”, seguramente, muchos de los
lectores reconocerán que estamos hablando de una de las personas más queridas y
que más tiempo lleva dentro del fútbol modesto madrileño.
Nada más y nada menos que desde el año 1976 ligado al Navalcarnero donde ha sido jugador, y ha desempeñado inumerables funciones.
Un gusto charlar con alguien que ama tanto el fútbol modesto y que disfruta tanto con todo lo relacionado con estas categorías.
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Para el que no lo sepa, ¿Quién es “Masiqui”?,
¿Cuántos años llevas ligado al fútbol modesto y cómo llegas a él?
Pues soy
Ángel González Arribas, pero, como bien dices, todo el mundo me conoce por “Masiqui”.
Y llevo en el club, en el CDA Navalcarnero, desde el año 1976 cuando me
enteré a la salida del colegio que iban a hacer unas pruebas y fuimos unos
amigos a hacerlas. Y un tal Jesús, “Tioduro”, que, además de ser una persona
muy conocida y que ha hecho mucho por el club aquí en el pueblo y que ya tiene
ochenta y pico años, me cogió y superé dicha prueba.
¿De dónde viene el mote de Masiqui?
Pues mira
eso se lo llamaban a mi hermano. Somos 3, mi hermano Tomás, mi hermana y yo. A
mí me llamaban Zunzunegui por un lateral que jugaba en el Real Madrid. Tú
fíjate que en las alineaciones siempre aparecía con el nombre de Ángel, pero,
al final, me quedé con lo de “Masiqui” y así me conoce todo el mundo en el
mundo del fútbol de la Comunidad de Madrid.
¿Cómo ha cambiado el fútbol modesto
desde entonces?
Pues ha
cambiado y mejorado en muchas cosas: los campos de fútbol, las instalaciones…
¿Qué fútbol te gusta más el de antes
o el de ahora?
Me gusta más
el de ahora. El fútbol de ahora no tiene nada que ver con aquél. Todo ha
cambiado para mejor. Ahora puedes analizar a los contrarios, ves videos durante
la semana, conoces al rival, cuáles son sus mejores jugadores, qué sistemas
emplean… Y cuando yo empecé no existía nada de esto y estas enormes posibilidades.
Además, como te decía antes, de cómo han mejorado, el tema de las instalaciones,
de los terrenos de juego, de los vestuarios…
¿Es más fácil ahora jugar en tercera
o segunda B que cuando tú empezabas?
Creo que
antes era más complicado. Ten en cuenta que ahora tienes 18 grupos de tercera y
4 grupos de segunda B. Antes todo esto no existía y la tercera era mucho más
dura. Es cierto que ahora tiene más calidad porque la base y la formación que
tienen ahora los chiquillos antes no la había. Ahora tienes desde prebenjamín,
alevín, infantil, cadete y juvenil y los chicos llegan formados. Cuando yo tenía
esa edad jugábamos en la calle y no teníamos ningún tipo de formación.
¿Se ha perdido respeto al veterano?
¿Son ahora los jóvenes más atrevidos o irreverentes que antes?
No, el
veterano siempre tiene una autoridad en el vestuario. A los jugadores con más
experiencia siempre se les respeta y los más jóvenes siempre escuchan a los
veteranos. Es cierto que ahora parece que los más jóvenes pueden ir un poco más
de sobrados que nosotros antes, pero al final siempre se terminan dando cuenta
que la razón siempre la tiene el veterano. Otra cosa es a qué clase de
futbolista se lo dices: hay futbolistas que tienen la cabeza más amueblada que
otros y te harán más o menos caso. Pero el veterano siempre te va a intentar
ayudar. Cuando yo empecé, por ejemplo, los que más tiempo llevaban siempre me ayudaron y apoyaron en todo.
¿Cómo se sigue manteniendo la ilusión
y las ganas después de tanto tiempo?
Te tiene que gustar mucho esto del fútbol y querer mucho a un
equipo, como es mi caso con el Navalcarnero. Es imprescindible querer unos colores que llevas dentro de tu sangre
al nacer en un sitio, crecer y vestir tantas veces esa camiseta. Esa ilusión
con todo esto que te digo no lo pierdes. El fútbol es como una droga. Es muy
difícil perder esas sensaciones. Hombre si dejas de ir a los entrenamientos,
dejas de estar con el equipo te puede pasar pero vamos… Yo estuve 4 años fuera
del club cuando hubo directiva nueva y bajaba al campo, pero parecía que me
faltaba algo. Me faltaba el día a día con ellos, entrenar, estar con ellos en
el vestuario, hablar con un jugador… Yo suelo estar muy pendiente de los
jugadores que llegan nuevos al club y trato de que se sientan como en familia.
El que viene a defender los colores del Navalcarnero hay que tratarlo como un
hermano.
¿Qué sigues sintiendo un día de
partido? ¿Continúas emocionándote como siempre o eso con el paso de los años se
va perdiendo?
Cuando llega la hora del partido, como si fuera un jugador
más. Siempre tengo esa cosa en el estómago, estoy deseando que empiece, que el
míster de la charla, que comiencen a calentar… Lo sigo viviendo de una manera
muy intensa y muy especial. Pierdo y estoy fatal hasta que no llega el
siguiente partido…
¿Qué se vive con más intensidad una
buena noticia tras un buen resultado o el disgusto de una derrota?
Te dura más la derrota, bastante más. Ganas y al momento te
relajas y piensas: menos mal otros 3 puntos más. Sin embargo, pierdes y le
estás dando vueltas a lo que has fallado, cómo nos han metido tal gol, cómo lo
podíamos haber evitado… y así estás toda la noche, te despiertas 30 veces y no
paras de darle vueltas. Yo lo llevo muy mal. Lo bueno que tiene el futbol es
que a la semana siguiente tienes una nueva oportunidad.
¿Qué te ha aportado el futbol modesto
en tu vida personal?
Pues, sobre
todo, los grandes amigos que he hecho durante todo este tiempo. Y eso es lo más grande que hay, que por todos
los campos de Madrid todo el mundo que conozca, te salude... Pero no solo a
nivel de jugadores, entrenadores, presidentes… También con la prensa, por
ejemplo contigo, Fernando, con Poblador, con Antonio Fuentes, con Fernando
Palomares, con Esther García, que me ha conocido este año y que hemos tenido un
feeling especial… Y me dejo a muchos más…
¿A qué has tenido que renunciar por
disfrutar del fútbol modesto?, ¿Qué te dice tu familia de todo esto?
A muchas
cosas. Mi mujer me aguantó de novia y me sigue aguantando ahora. Todos los días
llegas a las tantas de entrenar, los fines de semana estás dos días fuera cuando
viajamos… Te quita mucho tiempo de tu familia y de tu tiempo de ocio. Por
ejemplo soy socio del Madrid y no puedo ir a verles, soy cazador y tampoco
puedo salir lo que me gustaría. Sabes que te quita mucho, por eso, la familia
es tan importante en el deporte.
¿Cuál es el mejor recuerdo que
guardas de todos estos años de fútbol?
Los mejores
momentos siempre han sido los ascensos. Este último quizás ha sido el más
difícil porque los anteriores fueron a dos eliminatorias.
¿Cuál ha sido el momento más duro que
te ha tocado vivir?
El momento
más duro fue el partido de vuelta en el segundo ascenso con el Granada
Atlético. Tuvimos que ir a los penaltis y fue el partido más emocionante de la
historia del Naval. Quedaba otra eliminatoria, pero fue un partido intenso,
tenso, con sufrimiento. No se me olvidará nunca la sangre fría de Toni en el
último penalti, con todo un pueblo detrás. Es el momento de más sufrimiento.
Ahora desempeñas labores de
entrenador de portero pero, ¿Qué más responsabilidades has tenido en todos
estos años?
Desde marcar
el campo hasta achicar agua, sacar barro, marcar el campo con Carrizo, que es otra gran
persona… bueno como Rufino, como Alarcón… y toda la familia del Naval. He hecho
de masajista y siempre he estado a disposición del club. Ahora entreno a los
porteros, pero antes, por ejemplo, me metía a entrenar si faltaba un jugador.
¿Dónde se disfruta más siendo jugador
u ocupando puestos en el cuerpo técnico?
Siendo
jugador. Cuánto daría yo por seguir jugando al fútbol. Es una gozada. Cuando
estás jugando te crees que nunca va a llegar la hora de retirarte, pero llega.
Si tienes la suerte de seguir ligado al mundo del fútbol lo continúas viviendo
como te decía antes. Muchos días cuando estás sentado en el vestuario se te
pasa por la cabeza imágenes de cuando eras jugador, cierras los ojos y piensas
ahora podría estar yo vestido de jugador. Esto lo tienes que mamar. Yo en el 76
me da de alta el club, pero desde el 74 yo jugaba hasta con ficha falsa en el
juvenil.
¿Qué pones en práctica de todo lo que
aprendiste de tu época de jugador?
Tienes unos
conocimientos que te sirven para decirles a los más jóvenes que esto es duro,
que es muy sacrificado y que se triunfa a base de trabajo, sacrificio y
humildad. Hay que ir paso a paso. Llevar tanto tiempo en el mundo del fútbol te sirve
para decirle a los más jóvenes, a los que ves que no les salen las cosas, que
tengan paciencia, que trabajen y que lo que hoy es negro mañana puede ser
blanco. El fútbol lo que te quita hoy te lo puede devolver mañana, pero sin
bajar nunca los brazos.
¿Qué supone para ti el CD
Navalcarnero?
Es mi
segunda familia. Lo llevo dentro. El club es un más de la familia. En mi casa
tengo banderas, un museo, un reloj del Naval... Vivo por y para el
Navalcarnero.
Llegará un
día que lo deje porque, lógicamente, cada vez te haces más cómodo, te cuesta
más ir a entrenar y ya son muchos años y puede que cualquier día diga, pues ya
me dedico a verles jugar solamente. Te recuerdo que llevo 47 años de socio del
Naval.
Pero de momento te queda cuerda… ¿no?
Habrá que
seguir un tiempo más…
¿Cómo animarías a alguien que no siga
la actualidad del fútbol modesto a que asista a un partido o siga la actualidad
de estas categorías?
Pues que
vayan a ver al equipo de su pueblo o ciudad de estas categorías porque van a
disfrutar. El fútbol modesto es el fútbol en estado puro donde se da mucho y
muchas veces se recibe menos de lo que das, pero, a pesar de esto, se disfruta
mucho.
Para
terminar me gustaría mostrar mi agradecimiento a todos los jugadores que han vestido
esta camiseta y a todo la gente del club. Además, pido a los aficionados que
sigan apoyándonos, que el equipo se va a dejar la vida por salvar la categoría.
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