Hoy queremos homenajear a uno de los
históricos del fútbol de nuestra Comunidad, que el pasado domingo anunció su
retirada. Tras 20 años de profesión Amaro, portero del CD Móstoles URJC, y ex
del Pegaso, Parla, Toledo, Ceuta, Alcorcón… jugó su último partido en la tercera
madrileña.
Hablamos con Amaro de lo que se le
pasó por la cabeza en ese momento tan
especial y repasamos su vida deportiva en la que logró jugar en segunda división
con el Xerez.
Interesante entrevista en la que se
deberían fijar muchos de los jóvenes que hoy sueñan con llegar a ser un futbolista
profesional en el futuro.
Tras 20 años de profesión, ¿Qué
siente uno cuando uno se pita el final del partido y se es consciente de que
todo ha terminado?
Bueno se te
vienen muchas cosas a la cabeza. Son muchas experiencias, muchos equipos,
muchos compañeros… Se te viene, sobre todo, el momento cuando empiezas a jugar,
cuando tienes esa ilusión de poder llegar lo más arriba posible… Al final hago
balance y me doy cuenta de que no ha sido todo lo bueno
que hubiera querido porque, cuando tienes
metas muy altas, todo te sabe a poco. Pero en definitiva estoy pero muy
orgulloso de mi carrera.
¿Con qué imagen, comentario, gesto te
quedas?
Sobre todo
que vino toda mi familia a despedirme. Sabían que era un momento muy difícil y
a la vez muy bonito para mí y quisieron estar a mi lado. Prácticamente no hablé
con mi mujer durante la semana de esto porque
no quería imaginármelo ni saber nada.
Tampoco pensaba que iba a ser así. Me quedé después del
partido con todos ellos, con mis compañeros, que se portaron fenomenal y con la gente del club…
Pero, sobre
todo, me quedo con lo que viví con mi familia, con mi mujer e hijo porque solo
ellos saben lo que estaba pasando…
¿Ha habido algún momento de duda para
seguir una temporada más?
Durante los
últimos 5 años siempre había la opción de que podía ser la última temporada.
Era consciente que estaba entrando en una edad y lo que tenía claro es que me quería
retirar bien. No me quería irme en malas condiciones
o sin jugar o que me viera que no podía dar el nivel que yo quería dar.
Este año a
mitad de temporada más o menos ya fui valorando
que este año iba a ser el definitivo. Preferí que fuera estando en unas condiciones
y con un nivel que creo que pueda ser el mío.
¿Qué te ha dado el fútbol durante
todos estos años y qué has tenido que sacrificar?
Sacrificar
todo. Quien lo ha intentado sabe lo difícil que es esto. No es fácil cuando con
14 años tienes que ir a entrenar y todos
tus amigos se van de fin de semana, han
quedado... y tú tienes coger tu mochila
e irte a entrenar. No es fácil que
llegue el sábado y tener que irte pronto para estar bien el domingo por la
mañana. Cuando llegas a un fútbol más serio y te ganas la vida con ello vas
viendo la recompensa. Pero cuántos no han hecho también todo eso y no han visto
la recompensa. Es muy complicado y sacrificado.
Lo he sacrificado todo por el fútbol, pero era mi sueño y nunca me ha costado.
Se lo valoro
mucho a mis padres a mi mujer y a todos
los que me rodean. El fútbol lo era y lo
ha sido todo para mí y no ha sido fácil para ellos depender de cuando tenía
partido y de lo que se podía y que no se podía hacer.
Eso de ser portero, ¿fue por descarte
o porque realmente siempre te gustó y llamó la atención?
Fue un poco
causalidad, bueno las cosas te van llegando… Al principio fue porque me juntaba
con chavales más grandes que yo y me decían que como era el pequeño me tocaba de
portero.
Como lo
hacía bien, me empezaban a elegir de
primero para que fuera portero y empecé a creérmelo. En mi primer equipo en el
colegio, que se jugaba al fútbol sala, recuerdo que un día nos reunieron y nos preguntaron que quién quería ser
portero… Nadie contestó así que yo dije que yo quería y desde ahí hasta ahora…
Pegaso, Móstoles, Parla.. .eres un
histórico de la tercera madrileña…¿Qué ha supuesto para ti el fútbol modesto de
Madrid?
Ha supuesto
mucho, por suerte o por desgracia, lo toqué muy poco cuando empecé porque me
formé en la cantera del Leganés hasta sub 19 y tercera y segunda B con el B
cuando el B estaba en segunda b y el tercera subía y bajaba con el sub 19.
Muy pronto
me fui al Toledo donde pase años muy
buenos. No había tocado prácticamente Madrid porque no había surgido la
posibilidad. Después de Toledo,
Xérez, Ceuta y hubo la opción de
venir cedido al Alcorcón y no me lo pensé. Estaba al lado de casa y un equipo
que parecía con un proyecto ilusionante como así ha sido y vine para acá.
Y con
26 años el Pegaso me dio la opción de quedarme en casa. He disfrutado mucho en
Madrid, es un fútbol de muchísima calidad, ha habido años en los que la tercera
era espectacular donde la gente quiera jugar en tercera y no en segunda B.
Y ahora es una época donde se prima más sacar gente de abajo y formarlos
en una categoría tan competitiva. Estoy muy
agradecido al fútbol madrileño y he disfrutado mucho de lo que no pude hacer de
joven.
¿Qué les dices a aquellos que dudan
de que uno se puede sentir realizado y feliz en estas categorías?
Hay que
jugar y competir, al final da igual en la categoría que estés y donde estés. Te
tiene que marcar unos objetivos y tratar de ser lo más profesional posible. A
mí me ha dado igual estar en segunda que
en tercera. Por mi manera de ser siempre
he querido ser el mejor en donde he estado, luego habré sido el 10, el 20 o el 127 pero siempre he intentado marcarme
objetivo más alto. Luego el fútbol y el juego ponen cada uno en su sitio.
Has tenido la suerte de debutar en
segunda con el Xerez y jugarte un ascenso a primera ¿Qué consejo darías a todos
chavales que sueñan con ser profesional?
Que luchen,
que trabajen y que aprovechen cada día como si fuera el último. A mis compañeros
siempre les he dicho que no pierdan el tiempo. No vale eso de hoy no entreno a
tope… Hay que tratar de que todo te valga, cada entrenamiento, cada partido…
todo para seguir creciendo.
Tenía una
cosa clara el día que me retirara solo quería
mirar atrás y decir que lo había intentado todo y lo había dado todo y había
hecho todo lo posible. Hoy miro para atrás y me siento orgullo de haber peleado
todo como lo he hecho.
Doblas la edad a muchos de tus
compañeros, ¿Cómo se lleva esta situación? ¿Te respetan, te piden consejos o la
juventud de hoy en día va a su rollo?
Me he ido
encontrando con gente joven muy válida y que tienen ese brillo en los ojos de
querer llegar a algo. Y esa gente
siempre se acerca y me preguntan sobre las experiencias que ya he vivido y me
han pedido consejo. Aunque hay gente de todo.
Hay chavales de 18 años que, por
jugar en tercera, ya se creen futbolistas. Siempre digo que ser futbolista es
otra cosa. Ser jugador de fútbol lo somos todos los que nos ponemos a dar
patadas a un balón. Peros ser futbolista es otra cosa. Es una profesión que
tienes que respetar y dedicarte a en cuerpo y alma, en los entrenamientos, cuando
estás en casa, cuando estas fuera... Para ser futbolista hay que sacrificarse mucho y aun así, nadie te
asegura que lo consigas. Hay quien sacrifica toda tu su infancia y no lo ha
logrado.
¿Cuál es el mejor momento que has vivido
bajo los palos?¿Y el momento más duro?
El momento
más alegre... hay muchos… Creo que, más que bajo los palos donde te salen
partidos buenos, malos regulares… creo pero me quedo con un momento cuando con
el Xerez fuimos a jugar con el Atlético de Madrid al Calderón. Cuando saltamos al ver al césped, me paré en
el centro del campo y sentí que estaba ahí, que había peleado y luchado mucho durante tanto tiempo por estar en un campo
como el Calderón y lo había logrado. Ése fue el momento en el que me di cuenta
que había merecido la pena tanto esfuerzo.
A mí nadie
me ha regalado nada y como me dice mi madre siempre me ha costado mucho lograr
las cosas. Hay gente a las que le salen las cosas rodadas, a mí no. Me lo he
tenido que ganar todo. Ese día en el Calderón lo saboreé.
En estos
últimos años que he jugado mucho y he intentado estar al lado de los que jugaban
menos porque se lo que se siente. Siempre les he dicho a los chavales me miráis y creéis que juego 38 partidos porque sí, pero no es así.
Yo también he estado sin jugar, años en blanco y si no había hueco en un sitio
me buscaba la vida en otro. No es fácil irte a Ceuta con 20 años.
¿Y el peor momento?
El peor fue el
no ascenso con el Pegaso porque lo tuvimos en nuestra mano. La primera eliminatoria
la pasamos contra el Deportivo B con un
empate a uno allí y un cuatro a cero en casa. Después jugamos contra el Marino
y empatamos allí a cero e íbamos ganando dos a uno… Nos empataron de córner en
el minuto 96… Lo vimos tan cerca…Éramos un grupo formidable, con Alfredo Santa
Elena éramos como hermanos. Se juntó la decepción personal y la de todos los
compañeros, sintiendo mucha rabia por lo que se nos había escapado.
¿Qué se necesita para ser un buen
portero?
Tienes que ser
bueno en todo, reflejos, colocación, ser rápido… Pero, sobre todo, es necesario tener
personalidad. Siempre nos dicen que estamos un poco locos, peros no estoy de
acuerdo. Tenemos personalidad diferente.
Estar ahí debajo de los palos no es fácil y sólo lo entendemos los porteros.
Estar debajo supone que caiga la moneda para un lado o para otro y convivir
todos los días con esa presión y la
sensación de fracaso hay que saberlo llevar. Hay que tener la cabeza muy bien
amueblada.
¿Seguirás ligado al fútbol o pasas
página?
De momento
que lo único que quiero es desconectar y descansar. Por mi forma de ser me involucro
mucho en las cosas. En todos los equipos me afectó todo mucho, el ganar el perder,
estaba siempre muy pendiente de que estuviéramos todos bien…
Quiero despejarme y olvidarme un poco del fútbol
y cuando me aburra y me pique el gusanillo
mi objetivo a largo plazo es sacarme el título de entrenador de porteros. De
entrenador no me veo. Y quiero intentar poner mi granito de arena y si un solo
consejo o experiencia por mi parte vale para alguien coja impulso me daré por satisfecho.
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